2.1. Básico: Navegadores, cookies y datos

Para entender la privacidad, es recomendable entender el concepto de las cookies y los datos e información que los sitios web pueden recopilar. En esta sección, voy a centrarme a explicar de forma sencilla estos dos conceptos.

¿Qué son las cookies?

La definición en cualquier lugar que busques es la siguiente:

Después de leer esta definición lo que nos queda claro es que las cookies no son las que tanto le gustan al monstruo de las galletas. De cookies hay de muchos tipos, las cuales algunas ayudan en la seguridad de un sitio web (por ejemplo) y otras invaden nuestra privacidad. En esta guía y siempre que se hable de privacidad, hablaré de este tipo de cookies, que son las que rastrean tus hábitos digitales.

¿Son todas las cookies malvadas?

No, no lo son. Las cookies de sesión, por ejemplo, se utilizan para mantener tus opciones de navegación en el sitio web iniciado y, por ejemplo, que sea más sencillo de volver a entrar con la configuración que ya tenías si cierras sin querer el navegador.

Tracking cookies

Imagina que inicias sesión en Youtube con tu usuario y contraseña, como siempre y navegas tranquilamente. En ese primer momento tu navegador ya ha generado una cookie de sesión que te permite no tener que poner de nuevo tu usario y contraseña, por ejemplo. De acuerdo, puede que hasta aquí todo correcto.

Cuanto más tiempo pasas navegando dentro de la plataforma, los vídeos que aparecen como recomendación son muy adecuados a tus gustos e incluso verdaderamente acertados. YouTube empieza a conocerte mejor y creará una burbuja de contenido que sólo tú tendrás. Haz la prueba: un usuario que siga lo mismo que tú probablemente tendrá un contenido o un feed totalmente diferente al que tú tengas. Esto ocurre gracias (o por desgracia) al tracking con las cookies.

Toda esta personalización a veces genera que el contenido sea completamente diferente para los demás y por lo tanto, genere desigualdad. Esto implica a su vez, que haya más polaridad general y que cada uno reciba la información que cree que es de su opinión, sea cierta o no. Así pues, estas cookies empiezan a ser un pequeño potencial de riesgo en nuestra privacidad.

Cookies de terceros

¿No te ha pasado alguna vez que estás navegando tranquilamente y de repente te sale publicidad de todo aquello que has estado buscando por Amazon? Da un poco de mal rollo pero esto es debido a las cookies de terceros. Cualquier página que almacene una cookie de terceros puede rastrearte por todos los lugares que visites y desgraciadamente la mayoría de sitios web utilizan las cookies de Google o Facebook.

Estas cookies utilizan el mismo número de sesión en el que, siguiendo el ejemplo anterior, te han servido para acceder a YouTube. Por lo tanto, esto implica que si has estado buscando chaquetas por SheIn, cuando te conectes a Facebook o Instagram tendrás unas probabilidades muy altas de encontrarte un anuncio relacionado con lo que has buscado. Y no solamente eso, ese anuncio saldrá en tu perfil porque tu información la han vendido a ese anunciante, que ha pagado para que ese anuncio se muestre concretamente allí.

También podriamos llamar a este tipo de cookies “cookies inconscientes” ya que, inconscientemente, cuando entramos en un sitio web y encontramos el típico banner donde damos consentimiento o no, aceptamos tal cual todo sin ni siquiera leer la política de privacidad. Porque cierto es, que nadie lo lee y a partir de ahí no sabemos a qué le hemos dado permiso y se empiezan a instalar esas cookies que harán que empiecen a seguirte allá donde navegues.

Las cookies no son lo único que pueden ponen en riesgo nuestra privacidad. Estas se guardan en los navegadores que usamos en nuestro día a día, pero estos también guardan otro tipo de información; si les damos permiso, los navegadores pueden guardar:

  • Historial de navegación.
  • Contraseñas.
  • Cookies y datos del sitio.
  • Datos autorellenables (nombre, dirección, teléfono…).
  • Datos de uso.

Así pues, un navegador que no asegure nuestra privacidad también puede poner en riesgo muchos de estos aspectos ya que, aunque pueda ser seguro, pueden monitorizar toda esta información con tal de “proveer al usuario con contenido personalizado”.

Actualmente, la mayoría de navegadores son herramientas de recolección de datos para las empresas de anunciantes. Uno de los casos es el popular y muy conocido navegador Google Chrome. Este navegador colecciona datos sobre tus búsquedas, hábitos de navegación, etc para después ofrecer tu información a compañías interesadas en mostrarte anuncios relevantes basándose en tus gustos. Y no sólo es Chrome, hay más navegadores que realizan este tipo de modelo empresarial.

Tal ahora mismo estés pensando: “Pero yo utilizo el modo incógnito”. Bueno, déjame decirte que ese modo no es tan incógnito como crees. Sí es cierto que no guarda tu historial de búsquedas, pero no lo guarda de forma local (es decir, en tu propio ordenador). Esto no implica que Chrome no pueda seguir sabiendo tus búsquedas y a qué página has accedido. Además, tu servicio de ISP (Internet Service Provider) aún puede ver los sitios que estás visitando (tu tráfico de red).

Para cerrar

En el siguiente capítulo, tendrás las herramientas y extensiones para bloquear este tipo de cookies en tus navegadores y otras opciones de privacidad para hacer de tu navegador un sitio más seguro y privado.