3.1. Metadata

Para entender mejor esta sección de privacidad, debemos tener claro un concepto muy importante: los metadatos.

¿Qué son los metadatos?

La definición es algo rebuscada pero tiene sentido; presta atención a este ejemplo: Cuando haces una fotografía, además de la imagen en sí puedes ver otro tipo de información como por ejemplo el día que se tomó la fotografía, la hora e incluso la localización. Toda esa información que nos da un solo archivo (en este caso, una fotografía) son metadatos.

Otro ejemplo: cuando creas un documento en Word o en tu procesador de texto puedes añadir información extra como quién es el autor o nombre de la organización/empresa, etc. Esta información también son metadatos y, además de estos, el procesador también genera otros metadatos como el formato del archivo, la fecha de creación y la fecha de modificación, por ejemplo. Como puedes observar, en algunas situaciones los metadatos pueden ser útiles pero en según que contexto se utilicen, pueden perfilar a la perfección a cualquier persona.

¿Qué pueden decir los metadatos sobre mí?

Esta pregunta es interesante ya que, aunque la mayoría de las conexiones a internet son cifradas (HTTPS), los metadatos pueden dar mucha más información de la que crees.

  • Pueden dar información sobre qué páginas visitas, pero no qué contenido.
  • Pueden dar información acerca de con qué contactos hablas más frecuentemente, pero no la conversación en sí.
  • Pueden hacer saber a alguien en qué lugar estás.
  • etc.

Pongamos un ejemplo práctico: Imagina que Pepe utiliza WhatsApp para hablar con su pareja, Antonia, y según sus metadatos (que WhatsApp recopila) recientemente habla con Pepa más a menudo que con Antonia ya que los contactos más frecuentes de Pepe son Pepa, amigos y Antonia. No podemos leer la conversación, porque está encriptada. Además, Pepe se ha metido por internet y ha estado buscando (según su historial de búsqueda) “Abogados baratos Andalucía”.

Como ves, tal vez no necesitas leer nada de los mensajes para poderte hacer una idea de lo que puede estar pasando y, a la vez, perfilamos a Pepe para ofrecerle contenido por sus redes sobre “abogados baratos”, “divorcios expres”, o incluso “soluciona tus problemas conyugales”.

¿Qué puedo hacer?

Hay poco que puedas hacer al respecto en esta sociedad digital acerca de eliminar los metadatos, pero sí es interesante entender que esos metadatos los damos a servicios en los que “confiamos”. Por lo tanto, aquí la privacidad se crea a partir del control que tenemos sobre nuestros datos y a quién se los confiamos.

Cuando tú te inscribes o te registras en cualquier plataforma, por ejemplo, estás confiando en que los datos que tú das conscientemente estén protegidos. Por ello, siempre es recomendable leer las políticas de privacidad y saber exactamente qué información estan recogiendo sobre ti, cuánto tiempo la almacenan y si la comparten con terceros.

Las compañías de internet, por ejemplo pueden observar todos esos metadatos. En algunos países pueden compartirlos con los gobiernos o venderlos. En este caso, puedes usar un servicio VPN que te permita navegar de una forma más privada para evitar, por ejemplo, que tu ISP pueda ver dónde va tu información.

Otras formas de proteger esos datos es:

  • Encriptando nuestras comunicaciones (mensajes, correo).
  • Usar motores de búsqueda que no recopilen información.
  • Utilizar VPN (alerta: no te hará anónimo o privado 100%, hay otros factores a tener presente)

En los siguientes capítulos hablaremos con más detalle sobre estos aspectos.